El auge turístico de la región insular también ha tocado, desde hace décadas, las costumbres anejas de nuestra tierra, es así que el vocabulario propio y anejo se ha venido transformando hasta el punto que nuestros jóvenes muestran extrañeza al oírlos y desconocen sus significados.
Se trata de una crítica formativa, destacando que se puede coexistir sin perjudicar lo autóctono de las tradiciones ñeras.
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